¿Un sacerdote puede ampararse en su ministerio, su sotana y las insignias que le confío la Iglesia, para convertirse en complice objetivo de actos de detención, secuestro, tortura, asesinato y desaparición de seres humanos? En América Latina ha habido casos de malos religiosos que se han hecho complices de estos crímenes y felonías. Uno de ellos fue Christian Von Wernich, quien en la Argentina de los generales contribuyó a estos crímenes, llegando incluso a entregar a los verdugos lo que las víctimas le habían dicho en confesión o aconsejando a estas a confesar sus "crimenes", a delatar a su "complices", etc. Este mal hombre de la Iglesia acaba de ser condenado a prisión perpetua por sus culplas. Aquí la histórica sentencia.
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